En la oración de protección, hallamos refugio y fortaleza, confiando en la luz divina que disipa toda oscuridad.
Oración de protección
Alzare mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi Socorro?
Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.
Tú, oh Creador, eres nuestro socorro; en tiempos de oscuridad,
eres el sol que alumbra nuestro camino;
en esos momentos de sed espiritual que debilitan nuestro espíritu,
tu vienes a nosotros cual lluvia refrescante y vivificadora, y renuevas nuestro espíritu marchito.
Si Dios es con nosotros, ¿Quién contra nosotros? ¿De quién temeremos si tu estas entre nosotros?
Tu mirada está siempre sobre nosotros y conoces nuestras luchas y agonías
antes que nosotros las experimentemos. ¡Y te compadeces de tu pueblo!
Enséñanos como ser discípulos y discípulas fieles y a confiar plenamente en ti.
Ayúdanos a crecer en la fe, en esa que quizás todavía está débil necesita madurar en ti,
hasta que tu voluntad y la nuestra sean una.
En el nombre de Jesucristo quien creció en gracia y sabiduría delante de ti.
Amén.

¿Cómo se ora pidiendo protección contra el mal?
Para orar pidiendo protección contra el mal, muchos fieles recurren a prácticas como la Oración a San Miguel Arcángel o la Oración a la Virgen María. Estas oraciones invocan la intercesión divina para resguardarse de las influencias malignas. La Oración a San Miguel Arcángel, por ejemplo, busca la defensa contra las artimañas del maligno, invocando la fuerza celestial para alejar toda influencia negativa. La Oración a la Virgen María, especialmente la conocida como «Ave María» o «Salve», busca la intercesión materna para proteger y guiar ante cualquier amenaza espiritual.
Además de las oraciones específicas, es común recurrir a la oración personal. En estos momentos, se pide con fervor y confianza a Dios que brinde resguardo y amparo contra las fuerzas del mal. La fe y la confianza en la protección divina son elementos clave, junto con la humildad y la entrega de las preocupaciones al cuidado amoroso de Dios.
Esta práctica de oración es parte esencial de la vida espiritual de muchos católicos, proporcionando consuelo y fortaleza en la creencia de que, al confiar en Dios y en la intercesión de los santos, se puede obtener protección y amparo contra cualquier influencia negativa o malévola.