El Salmo 91: un refugio de protección divina, donde el corazón halla calma y seguridad en medio de las adversidades.
El Salmo 91
El que habita al abrigo del Altísimo
morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
mi Dios, en quien confiaré.
Porque él te librará del lazo del cazador,
de la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
y debajo de sus alas estarás seguro;
escudo y adarga es su verdad.
No temerás el terror nocturno,
ni saeta que vuele de día,
ni pestilencia que ande en oscuridad,
ni mortandad que en medio del día destruya.
¿Cuándo se debe leer el Salmo 91?
El Salmo 91 es una poderosa oración de protección y confianza en Dios. No hay un momento específico para leerlo, ya que puede ser recitado en cualquier momento del día. Muchos lo consideran especialmente relevante durante tiempos de necesidad, dificultades o como una expresión de gratitud por la protección divina. Algunas personas lo leen como parte de sus oraciones matutinas o como una práctica diaria para buscar consuelo y fortaleza espiritual.
También se recita en momentos de ansiedad, como una manera de encontrar paz y seguridad en la protección de Dios. La flexibilidad de este Salmo permite que se lea según la necesidad y el momento espiritual de cada persona, siendo una guía de esperanza y protección en diversas circunstancias de la vida.